Construya el mundo. Proteja su salud.
El hormigón constituye la columna vertebral de nuestro mundo y, en una forma u otra, se ha empleado para edificar civilizaciones durante más de 2.700 años. Sin embargo, no siempre ha sido el mejor amigo de los obreros de la construcción. Muy al contrario: estos han permanecido expuestos al polvo de cemento a lo largo de los milenios. Le presentamos aquí los argumentos en materia de salud que necesita para su transición al D-Sack®, el saco que desaparece en la hormigonera.
CONOZCA LA BASE CIENTÍFICA QUE NECESITA PARA CAMBIAR AL D-SACK
Cualquiera que se haya afanado en levantar un saco de cemento y verter este en una hormigonera sabe lo difícil que resulta este simple procedimiento. No solo para la espalda y los brazos, sino también por causa del polvo de cemento que expulsa la hormigonera y que no tarda en cubrirlo todo.
Una tarea no exenta de peligro
Mezclar el cemento no solo es duro; los estudios científicos también sugieren que puede ser peligroso. Los obreros de la construcción tienen más probabilidades de contraer enfermedades pulmonares como resultado de su exposición a la sílice cristalina presente en el cemento. Además, si se desempeña como trabajador manual en la industria de la construcción, corre un mayor riesgo de desarrollar dolor crónico y trastornos musculoesqueléticos.*
Una solución más saludable
El D-Sack®, el saco que desaparece en la hormigonera, puede ofrecer parte de la solución. A diferencia de las bolsas de cemento ordinarias, basta con echar el D-Sack en la hormigonera. Ahí dentro, la exposición a la acción mecánica, el agua y la grava triturarán el envase en diminutas fibras, las cuales se integrarán de forma segura en la estructura del cemento sin efecto negativo alguno.
Construyendo un futuro mejor
El D-Sack ofrece un impacto climático en torno a un 30% por debajo del de los sacos de cemento. Una evaluación de ciclo vital efectuada por el Instituto Sueco de Investigación Medioambiental (IVL) corroboró que el D-Sack® contribuye a absorber el CO2 en un horizonte de cien años, ya que el dióxido de carbono agregado durante el crecimiento del árbol e incorporado al papel permanece dentro de la estructura del hormigón.
En BillerudKorsnäs desafiamos los conceptos de envasado convencionales en pos de un futuro sostenible. Ello incluye una mayor salubridad en el lugar de trabajo para todos aquellos que ayudan a construir el futuro. Y, quién sabe, cuando ese mañana llegue, tal vez echemos la vista atrás hasta nuestros días y nos preguntemos por qué no todo el mundo se limitó a echar el saco de cemento en la hormigonera y dar un paso atrás.
*https://www.cpwr.com/sites/default/files/research/OccupationalDiseaseAmongWorkers.pdf